Agosto 2007

Chinchorros: ¿con paso firme hacia el siglo XXI?


Esta nota apareció en el periódico electrónico local
"El Morrocotudo", el día 14 de agosto del 2007.


Hace casi un año escribí sobre la posibilidad teórica y legal de poder sentarme en un futuro a conversar con algún representante de los Chinchorro. Este “riesgo” se ha incrementado enormemente. Y peor aún, ¿no habremos terminado poniendo la carga delante de los bueyes?

En relación a la “nueva” etnia indígena diaguita, había escrito sobre las posibilidades de sentarme en un futuro cercano a dialogar con algún representante de la etnia Chinchorro. Hoy en día, esto no parece tan lejano.

Por un lado está la iniciativa del senador A. Navarro para reconocer otra “nueva vieja etnia” que engrosará nuestra diversidad cultural además de los aportes fiscales hacia un “desarrollo con identidad”. Sí, es posible que los changos, esos pescadores de los que leíamos en los libros escolares de historia, los veamos hoy en día como pescadores artesanales especialistas en entregarnos las reinetas y cojinovas frescas. Si estas “apariciones” se concretan, primero se verán en la Región de Coquimbo, pero no dudo que los veamos prontamente en las tierras del extremo norte.

Por otro lado, somos testigos del fuerte lobby que hacen determinados especialistas en la prehistoria, funcionarios públicos relacionados con el patrimonio cultural y políticos para poner a los Chinchorros como estandarte de la identidad ariqueña. No debemos negar que este trabajo minucioso y esforzado ha dado sus primeros frutos: Han puesto el tema de “Chinchorro Patrimonio de la Humanidad” dentro de la opinión pública y como exponentes de la vanguardia, los artistas han sido quienes más han enganchado. Artes plásticas, séptimo arte, eventos musicales, y debemos esperar aún más, todos ellos girando en torno a estas remotas personas y sus complejas prácticas mortuorias.

Más prácticos son los políticos y funcionarios que han sido atraídos, otorgando montos para estudios, carpetas, compra de terrenos patrimoniales, construcción de modernos edificios que servirán de espectaculares museos dedicados al tema, y lógicamente muchos discursos. Todos tienen en mente la sustentabilidad de este patrimonio que capitalizará en el prometido “turismo cultural”.

Ya sea para concretar la declaración como un representante distinguido del Patrimonio Cultural de la Humanidad, o bien, ser centro de una activación del turismo cultural en la nueva región, no basta con estar entre los record Guinness como los restos humanos momificados artificialmente más antiguos del planeta. Se requiere una valoración objetiva del resto de la comunidad y también un compromiso tangible de las instituciones estatales en la activación y difusión del pretendido Patrimonio de la Humanidad.

Además, aunque las antiguas personas que hoy llamamos Chinchorros mantuvieron su identidad y su unidad social por miles de años y habitaron el mismo espacio costero donde hoy se levanta nuestra ciudad, son sin duda tan ajenos a lo que nosotros identificamos como nuestro, como lo pueden ser las tribus africanas. Provenientes de un tiempo en donde prácticamente toda la humanidad se dedicaba a buscar su sustento directamente desde el medio ambiente y no se conocía aún ninguna especie domesticada, estos pequeños grupos recolectores y pescadores sólo lograron ser universalmente conocidos varios milenios después.

No fue una valoración espontánea, sino que la ciencia fue la intermediaria. Estas ciencias de las excavaciones y fechados han “reconstruido” no sólo las técnicas de enterramiento, el medio ambiente que explotaron, sus enfermedades, sus prácticas alimenticias y los lapsos de tiempo en que habitaron. Además, han intentado “construir” a un “otro”, que se vuelve cercano y lejano al mismo tiempo.

Esta claro que los hombres y mujeres de ciencia no darán abasto en este esfuerzo y están recibiendo la cooperación de los artistas y algunos empresarios y políticos sensibles, en la “construcción” del espíritu del antiguo Chinchorro. La razonable duda es: ¿cuál será el rol del resto de la comunidad para “construir” esta nueva identidad?, ¿qué harán las organizaciones comunitarias, los empresarios ligados al rubro turístico, las comunidades de raíz indígena, en todo este proceso? El ariqueño medio, ese medio patriotero que salta cada vez que le tocan el tema boliviano o peruano, ¿se sentirá identificado con un pescador que casi desnudo dedicaba gran parte del tiempo a estar en el agua?

Y más delicado aún: ¿Se podrá construir esta identidad Chinchorro, a sabiendas que la arqueología podrá determinar un pequeño porcentaje de sus aspectos, y el resto será, con todo respeto, ciencia ficción elaborada por artistas, empresarios, políticos y en el mejor de los casos, la comunidad? Y por lo demás, ¿todo en el nombre del “turismo cultural”?

El ejemplo de Patrimonio de la Humanidad que tenemos más cercano, las salitreras iquiqueñas, recorrió otro sendero. Primero, fue la comunidad que de manera espontánea valoro con una mezcla de orgullo y memoria todos los vestigios de aquella época de oro del salitre. Sólo después de un largo proceso llegaron los estudiosos y políticos, únicamente para elaborar burocráticamente este sentir. El tema del turismo cultural fue sólo uno de los esgrimidos, atrás de la valorización por si misma. Algo similar ocurre con otros casos nacionales: Rapa Nui y las Iglesias de Chiloé

Creo que los Chinchorro, como un componente importante de la identidad buscada por los ariqueños, es tan sólo uno de los muchos elementos que tenemos a nuestra disposición. Antes de buscar una declaración mundial deberíamos explorar todos los recursos patrimoniales que tenemos, y si queremos sumar a la ciudadanía en este esfuerzo, deberíamos realizarlo desde el presente hacia el pasado, no desde lo más antiguo conocido y forzar un camino hasta el presente. Como lo dijera en otro contexto Steve Jobs "uniendo puntos" hacia el pasado.

Si queremos sumar a la mayoría de ariqueños en este esfuerzo los hitos históricos e identitarios de nuestra nueva región deben seguirse en dirección contraria, uniendo puntos desde nuestro presente complejo hacia el pasado: la migración industrial provocada por el puerto libre, la llegada masiva de componentes andinos a la ciudad, la industria del salitre y el ferrocarril, la guerra del pacífico y la desintegración de múltiples lazos, el estado peruano, el puerto colonial español y Potosí, los cacicazgos de los Altos de Arica, la presencia Inka y la cultura Arica, la influencia altiplánica y Tiwanaku, los primeros agricultores y constructores de túmulos, los cazadores altoandinos y finalmente, los pescadores Chinchorro.

¿Identidad para reconstruir un espíritu o identidad para el turismo?, ¿Identidad para la globalización o identidad para nosotros?



Finalmente, los videos del discurso de Steve Jobs para quienes no los han visto: